La Bota 47 de Palo Cortado Viejísimo «Bota NO»

Saca de diciembre de 2013
DO Jerez-Xérès-Sherry
22% alc. – 375ml
Origen: Gaspar Florido / Pedro Romero
Sanlúcar de Barrameda

47

La Bota de Palo Cortado 47 «Bota NO» significa la continuidad en una línea de vinos que consideramos histórica. Histórica, porque son el testimonio embotellado de casi un siglo de historia del Marco de Jerez, una historia tristemente truncada en los últimos años por el colapso de las bodegas sanluqueñas de las  que proceden. Histórica, porque cada vez será más difícil acceder a una serie de vinos singulares con la asombrosa calidad que tienen estas cinco ediciones: Las Botas de Palo Cortado Viejísimo 41, 47, 48 y 51, y La Bota de Amontillado Viejísimo 49, cada una de ellas procedente de una sola vasija que se ha vaciado completamente. Parecen vinos caros, pero en el fondo se trata de gangas por su extrema calidad, así como lo difícil y costoso de su producción. De hecho, tememos que esto último se ponga cada vez más de manifiesto en el futuro si se confirma el interés por estos vinos entre los coleccionistas y los precios llegan a dispararse por la demanda de un producto cuya oferta es intrínsecamente muy escasa.

Más allá de su Jerez Viejísimo GF-30, de cuyas botas han salido nuestras ediciones 41, 48 y 51, Gaspar Florido guardaba una verdadera joya bodeguera, un vino aún más viejo y esencial que ponía en el mercado con cuentagotas y a muy alto precio bajo la marca «Ánsar Real». De este vino maravilloso quedaban un par de botas en manos de Bodegas Pedro Romero. Una de ellas tenía a nuestro juicio carácter de palo cortado, y es la que hemos escogido para la presente edición (después saldrá la otra, como La Bota de Amontillado VIejísimo 49 «Bota A.R.»), por el interés de su comparación inmediata con su pariente relativamente más «joven», embotellado en paralelo como La Bota de Palo Cortado 48 «Bota Punta».

En la descripción de La Bota de Palo Cortado 47 «Bota NO» casi se nos agotan los adjetivos. Quien se haya visto impresionado por la concentración y afilamiento de la edición 41, quedará también sin palabras ante el carácter salvaje y sin concesiones de este nº 47. Un vino poderosísimo, quizás excesivo y que, precisamente por eso, nos encanta. Ningún apasionado del vino de calidad debería perderse la oportunidad de probar semejante joya mientras aún tengamos el privilegio, cada vez más improbable, de acceder a esta clase de vinos insuperables. Quienes hayan pensado, con razón, que es casi imposible encontrar un vino tan concentrado y viejo como el Palo Cortado 41 (o el Palo Cortado 48, o el «hermano» de ambos embotellado con el nº 51) que muestre a la vez un armonioso equilibrio, cuando prueben la fuerza de la naturaleza que es este Palo Cortado 47 (o su «hermano mayor» el Amontillado 49) verán que ese «casi» no andaba muy lejos, sino que se encontraba precisamente en algunas de las botas cercanas que, en los edificios bodegueros de Pedro Romero en el Barrio, en Sanlúcar, conservaron durante algunos años el legado de Gaspar Florido.

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